Mirando el panorama más general de los eventos ambientales catalogados como de gran escala: tales como floraciones algales que duran por periodos largos y afectan recursos naturales de consumo humano, o incendios forestales descontrolados en diferentes latitudes del país, o incidentes ambientales de escala regional. Estos eventos producen que los equilibrios sociales sean desbalanceados, generando un sentimiento de injusticia socio ambiental en la comunidad.

Mientras en redes sociales y prensa hay una guerra de declaraciones contradictorias, entre coaliciones políticas para llevar a la confusión. Incluso con alegaciones a grupos étnicos o de nacionalidades extranjeras organizadas, que estarían siendo responsabilizados.
Pues bien, estamos entonces frente a un dilema de la vida.
O nos damos cuenta de que hay que detenerse a analizar al siguente paso a tomar; si es que queremos sobrevivir como especies.
O nos dejamos llevar por los impulsos egoístas de aquellos que nos quieren derivar a una debacle.
Hay que tomar partido entonces. Es decir, decisiones.
Nosotros hemos decidido contribuir a restaurar los ecosistemas, los cuales van mejorar condiciones de vida de las comunidades.
Con un pequeño gesto todo comienza.
Nuestro deber entonces es educar e informar a la comunidad con datos científicos de manera sencilla, y de cómo pueden contribuir con el medio ambiente.
También es nuestro deber poder restaurar los ambientes degradados y enseñar a la comunidad a poder cuidar esos ambientes.